ÉTICA Y POLÍTICA.
DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA.
1. Los tres poderes de
la sociedad.
2. Las razones para
obedecer.
3. El origen de la
democracia.
4. Los regímenes
políticos
5. Organización del
Estado democrático
3. El origen de la democracia
Sólo cuando el poder político está
legitimado por razones que justifican la obediencia se reviste de autoridad.
La primera forma de autoridad es la autoridad
familiar, la de los padres, que se da en aquellas sociedades organizadas en
torno a la gran familia que establece lazos de parentesco entre todos
los miembros del grupo social. Los padres son los que alimentan y protegen,
mientras que los ancianos conservan la memoria de los hallazgos que han
permitido sobrevivir al grupo familiar.
Cuando la sociedad progresa, gracias a la
agricultura, la autonomía ya no es de la familia sino de la ciudad, la
cual implica la división de las funciones de cada miembro del grupo social. Estas
funciones básicas eran la provisión de alimento, la conservación de los
conocimientos adquiridos y la defensa de los enemigos. Ahora la autoridad
pertenece a aquellos que tienen la capacidad de mantener el orden y la paz.
Pero llega un momento en que la ciudad se
hace lo bastante grande como para convertirse en Estado, y aquí es donde
aparece por primera vez el concepto de democracia (“gobierno del pueblo”). Es
en el siglo V a.C., en las ciudades griegas, donde se pasa de la aristocracia a
la democracia, la cual parte de dos principios fundamentales: la isonomía (igualdad ante la ley) y la isegoría (igualdad de la palabra en la
asamblea). Se trata de una democracia participativa, ya que todos los
ciudadanos libres participan realmente en la asamblea (aunque ni las mujeres,
ni los niños, ni los esclavos eran considerados ciudadanos).
De ahí a la actual democracia pasan muchos
siglos, y se trata ahora de una democracia representativa: el poder
reside en el pueblo, que es el encargado de elegir a sus representantes a
través de votaciones periódicas. Será a partir de los siglos XVII y XVIII
cuando comience a extenderse por Europa la moderna teoría democrática gracias a
los filósofos ilustrados como Locke, Rousseau, Hobbes, Montesquieu y Kant.
3.1.
Teorías sobre el origen de la sociedad.
Los seres humanos somos seres sociales:
vivimos agrupados bajo un poder que nos organiza y hace posible nuestra
convivencia.
El origen de la sociabilidad humana se ha
entendido de dos maneras diferentes:
a)
Sociabilidad natural.
Aristóteles
define al ser humano como “animal político”, como ser social por naturaleza.
Considera que hay una relación plena entre
individuo y sociedad, de tal modo que si separáramos al individuo del todo
social ya no sería hombre y no tendría las funciones propias de los seres
humanos, como el lenguaje y la racionalidad, es decir, aquello que precisamente
nos hace seres humanos.
Esto implica que el individuo no es
independiente y libre por sí mismo, sino solo en cuanto forma parte de la
sociedad, que es la única a la que podemos llamar independiente, es decir,
soberana. La soberanía es del todo social representado por el monarca.
b)
Sociabilidad en virtud de un pacto.
Para los filósofos ilustrados el
individuo es independiente y libre por sí mismo y, si se asocia con los demás,
es en virtud de un pacto o contrato. En el hombre hay un estado de naturaleza (lo que existe en el hombre de originario,
espontáneo o innato) y un estado social
(lo que todos tenemos de artificial, de convención). La pregunta fundamental
para comprender el origen de la sociedad es: ¿cómo se pasa de un estado a otro?
Vamos a ver diferentes respuestas contractualistas:
-
Teoría
absolutista de Hobbes.
Para Hobbes el hombre no es bueno en
el estado de naturaleza, sino que “el hombre es un lobo para el hombre”, por lo
que en este estado los hombres acabarían destruyéndose los unos a los otros
debido a sus continuas disputas. Precisamente para que no nos destruyamos los
unos a los otros es por lo que se realiza el pacto social, en el que los
individuos ceden sus derechos al rey, que es el poder absoluto que velará por
la seguridad de todos los individuos.
-
Teoría
liberal de Locke.
Locke considera que en el estado
natural resulta difícil la defensa de los individuos, por lo que se hace
necesaria una organización política y unas leyes que los protejan. Por ello se
realiza un pacto o contrato social entre el pueblo y el gobernante, aunque
mientras que para Hobbes el motivo principal de la realización del pacto era el
miedo a perder la vida, Locke cree que lo que el pacto tiene que proteger es la
libertad y la propiedad que los individuos ya poseían en el estado de
naturaleza. El gobierno que surja de ese pacto tiene que ser un gobierno en el
que la soberanía no sea del rey sino del pueblo, en el que haya una
constitución que establezca las leyes básicas y permita la realización de la
libertad, y en el que el poder legislativo esté separado del poder ejecutivo.
-
Teoría
democrática de Rousseau.
Rousseau considera que en el estado
natural los hombres son buenos, independientes y libres, y que es la sociedad
la que los corrompe. Pero, para poder progresar, los seres humanos no pueden
vivir siempre en el estado de naturaleza, por lo que unen sus fuerzas a través
del pacto social, conservando al mismo tiempo su libertad. El poder que surge
de ese pacto debe expresar la voluntad general, de tal modo que la soberanía no
pertenece al monarca sino a todo el pueblo.
Como podemos observar, Rousseau es el
filósofo que más se aproximó a la idea de democracia tal como la concebimos en
la actualidad.
Los
dos valores básicos en que se asienta la democracia son la libertad y la
igualdad. Hobbes, Locke y Rousseau se esforzaron por defender la
libertad, mientras que Kant fue el
filósofo que mejor expresó la igualdad de todos los seres humanos. Según Kant,
todos los seres humanos poseemos la racionalidad, que es la fuente de la
dignidad intrínseca de la persona y de todos nuestros derechos (los derechos
humanos). Cada persona es un fin en sí misma y no un medio para los fines de
nada ni de nadie.
4. Los regímenes
políticos.
A lo largo de la historia se han dado
distintas formas de organizar la sociedad, es decir, distintos regímenes
políticos. Platón y Aristóteles hicieron la siguiente clasificación:
-
La
monarquía, que es el gobierno ejercido por una sola persona que busca el
interés de los ciudadanos. Si se corrompe y el gobernante busca su propio
interés personal se convierte en tiranía.
-
La
aristocracia es el gobierno de unos pocos que busca el interés de los
ciudadanos. Cuando sólo busca su propio interés se convierte en oligarquía.
-
Cuando
son muchos los que gobiernan buscando el interés de los ciudadanos tenemos una democracia.
Si se corrompe se convierte en demagogia.
Hay otros regímenes políticos como la teocracia, la dictadura
y el comunismo, pero lo que nos interesa es el régimen político de la democracia
(“gobierno del pueblo”).
Las democracias modernas se constituyen como Estados de derecho, lo que
significa que todos sus órganos públicos y privados están subordinados a la Constitución y al
ordenamiento jurídico.
Para que un régimen político pueda ser calificado como democrático es
fundamental que haya una separación de los tres poderes (legislativo, ejecutivo
y judicial) y que la voluntad popular sea expresada por medio de las
votaciones.
5.
Organización del Estado democrático.
5.1. La jefatura del Estado.
El jefe del Estado asume y simboliza la unidad política del Estado de
forma efectiva ante los otros Estados. La jefatura de Estado puede ser
monárquica o republicana:
-
Monárquica.
La jefatura del Estado corresponde al monarca, como sucede en España.
-
Republicana.
La jefatura del Estado corresponde a un presidente, que ha sido elegido por los
gobernados para ejercer el poder durante un periodo limitado. Por ejemplo,
Estados Unidos.
5.2. El Parlamento.
Ejerce el poder legislativo (elaborar y reformar las leyes). Está
formado por los representantes de los ciudadanos elegidos democráticamente.
5.3. El Gobierno.
Ejerce el poder ejecutivo, gobierna y hace cumplir las leyes.
5.4. El poder judicial.
Es el encargado de administrar la justicia.
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